jueves, 6 de octubre de 2016

El Oscurantismo

EL OSCURANTISMO

El oscurantismo es una ideología o doctrina que obtiene su máximo auge en la Edad Media, que fue el periodo entre el fin de la Era Antigua en el siglo V hasta el Renacimiento en el siglo XIV. El oscurantismo es lo contrario al libre pensamiento y sus opositores lo asocian normalmente con los preceptos religiosos.
La oscuridad de la mente humana se hacía palpable, ante la imposibilidad de cuestionar los dogmas religiosos, verdades reveladas que no admitían crítica, ni posibilidad de prueba, es la práctica deliberada de evitar que determinados hechos y conocimientos sean difundidos a la población, histórica e intelectualmente tiene dos sentidos comunes.
Restricción u oposición a la difusión del conocimiento al público.
Oscuridad deliberada; un estilo abstruso (como a veces se da en la literatura y el arte) caracterizado por una deliberada vaguedad.
El término oscurantismo viene de la sátira "Cartas de los hombres oscuros", basada en el conflicto intelectual entre Johann Reuchlin y los monjes dominicos, como Johannes Pfefferkorn, que si se deberían incinerar o no todos los libros judíos por no ser cristianos. En 1509, el monje Pfefferkorn obtuvo la autorización de Maximiliano I, para eliminar todos los ejemplares del Talmud de que se tuviese conocimiento.
Causas y consecuencias del Oscurantismo
Causas: Durante los siglos XIX y XX el oscurantismo se convirtió en un término polémico usado para acusar a un autor de escribir deliberadamente de forma oscura para ocultar su vacuidad intelectual.

Consecuencias: Se produjo un gran retroceso científico, al impedirse elaborar teorías que  pudieran contradecir los dichos bíblicos.

POEMA
OSCURANTISMO
La noche se perdía por un lugar cercado
minoraba el aire su soplo en la materia
un olor a manzanas embriagaba el vacío
y en la luz de tus ojos se quemaba mi estrella.
No sabría expresarte la negrura del viento
duplicidad de sueños en formas contrapuestas
el bien y el mal combaten en círculos cerrados
donde no comprendemos que debemos amarnos.
Si la luz desvistiera los bordes del capricho
y estuvieran tus manos jugando entre mis dedos
no sería tan negra la noche de las pausas
porque son las tinieblas las que nos paralizan
las que instalan las sombras en nuestra incertidumbre
para que en el silencio se restauren los miedos...


©Julie Sopetrán







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